Videoclip de la canción de Tontxu "Te amaré mejor". Uno de los primeros videoclips interpretados totalmente a LSE.
Dirigido por Gonzalo Jerez "El Selenita"
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La música del aire
Música en lengua de signos.
martes, 13 de abril de 2010
Tontxu
Tontxu no es ni el primero ni (esperemos) el último que ha introducido la lengua de signos en sus conciertos, pero sí es el que más ha arriesgado y el que más se ha implicado con la Comunidad Sorda ya que desde hace más de dos años casi todos sus conciertos están totalmente adaptados para personas sordas e incluso ha grabado un videoclip en LSE.
Todo empezó así...
Era finales del 2007 y Tontxu daba un concierto en la Sala Clamores de Madrid. Al finalizar el concierto una chica se le acercó y le regaló un CD. "¿Qué es?" le preguntó Tontxu a la chica al ver que en el CD no ponía nada. "Nada... lo verás cuando llegues a casa" dijo la chica muerta de vergüenza... y se fue. Tontxu llegó a casa y puso el CD en su ordenador. Estaba convencido de que era una maqueta de alquien que quería hacerse un hueco en el mundo de la música, él mismo repartía maquetas diez años atrás a sus artistas favoritos con la esperanza de que alguien le diera una oportunidad, por eso aún se sorprendió más si cabe cuando en su pantalla apareció la chica del CD cantando con sus manos en LSE una de sus canciones más significativas, "En el medio", una canción que habla del conflicto politico que se vive en el País Vasco.
La sorpresa dejó paso a la emoción y Tontxu se quedó plantado mirando la pantalla y pensando que, de alguna manera, tenía que compartir lo que acababa de ver. Unas semanas después se encontró a la misma chica en otro de sus conciertos. Él le dijo todo lo que le había emocionado el CD y le contó que quería hacer llegar la grabación a más personas, pero no fue hasta unas semanas más tarde cuando, por casualidad, se encontró con la chica y sus amigos sordos en el Café Libertad 8 donde compartieron todos una noche muy interesante llena de palabras y signos. Aquella noche Tontxu tuvo claro que quería interpretar al menos uno de sus conciertos en LSE y que esas personas sordas con las que compartió mesa y charla pudieran, al menos por una vez, asistir a un concierto en igualdad de condiciones. Fijaron una fecha: el 24 de marzo del 2008 se subirían al escenario del Libertad 8 para llenar de música el mundo del silencio.
Ambos dedicaron mucho tiempo, esfuerzo y ganas para preparar este concierto. Hubo nervios e inseguridades y muchas tardes de preparar el repertorio y analizar canción por canción para que la interpretación fuera lo más correcta posible sin perder la poesía de la música. Poco a poco Tontxu se fue introduciendo en el mundo de la LSE y la Comunidad Sorda, fue consciente de sus dificultades y sus barreras invisibles y comprendió cuánto sentido tenía lo que estaban haciendo. Ése fue el motivo de que, pese a las dificultades con que tropezaron (que fueron muchas), quiso seguir adelante.
Llegó el día. Los nervios casi podían con ellos, "¿y si no funciona? ¿y si la gente que viene normalmente a los conciertos no entiende qué hace una persona moviendo las manos desde el escenario? ¿y si no somos capaces de hacer llegar todos los sentimientos de la música a los sordos?... " y mil preguntas más. A las diez de la noche se subieron al escenario de un Libertad 8 repleto de familiares, amigos, fans y algún que otro sordo. El concierto fue retransmitido en directo a través de internet y pudieron seguirlo desde diferentes puntos geográficos más familiares, más amigos, más fans y muchos más sordos. Fue un concierto muy especial, muy emotivo y totalmente lleno de magia. Y fue mucho más que eso: fue el principio de un proyecto en común, de romper barreras, de una unión de capacidades que fue más allá del silencio, y fue, por encima de todo, la constatación de que la música no tiene fronteras ni barreras y que TODOS, absolutamente todos tenemos derecho a disfrutar de ella en igualdad de condiciones. Es posible, nosotros lo hicimos... ahora te toca a ti.
Todo empezó así...
Era finales del 2007 y Tontxu daba un concierto en la Sala Clamores de Madrid. Al finalizar el concierto una chica se le acercó y le regaló un CD. "¿Qué es?" le preguntó Tontxu a la chica al ver que en el CD no ponía nada. "Nada... lo verás cuando llegues a casa" dijo la chica muerta de vergüenza... y se fue. Tontxu llegó a casa y puso el CD en su ordenador. Estaba convencido de que era una maqueta de alquien que quería hacerse un hueco en el mundo de la música, él mismo repartía maquetas diez años atrás a sus artistas favoritos con la esperanza de que alguien le diera una oportunidad, por eso aún se sorprendió más si cabe cuando en su pantalla apareció la chica del CD cantando con sus manos en LSE una de sus canciones más significativas, "En el medio", una canción que habla del conflicto politico que se vive en el País Vasco.
La sorpresa dejó paso a la emoción y Tontxu se quedó plantado mirando la pantalla y pensando que, de alguna manera, tenía que compartir lo que acababa de ver. Unas semanas después se encontró a la misma chica en otro de sus conciertos. Él le dijo todo lo que le había emocionado el CD y le contó que quería hacer llegar la grabación a más personas, pero no fue hasta unas semanas más tarde cuando, por casualidad, se encontró con la chica y sus amigos sordos en el Café Libertad 8 donde compartieron todos una noche muy interesante llena de palabras y signos. Aquella noche Tontxu tuvo claro que quería interpretar al menos uno de sus conciertos en LSE y que esas personas sordas con las que compartió mesa y charla pudieran, al menos por una vez, asistir a un concierto en igualdad de condiciones. Fijaron una fecha: el 24 de marzo del 2008 se subirían al escenario del Libertad 8 para llenar de música el mundo del silencio.
Ambos dedicaron mucho tiempo, esfuerzo y ganas para preparar este concierto. Hubo nervios e inseguridades y muchas tardes de preparar el repertorio y analizar canción por canción para que la interpretación fuera lo más correcta posible sin perder la poesía de la música. Poco a poco Tontxu se fue introduciendo en el mundo de la LSE y la Comunidad Sorda, fue consciente de sus dificultades y sus barreras invisibles y comprendió cuánto sentido tenía lo que estaban haciendo. Ése fue el motivo de que, pese a las dificultades con que tropezaron (que fueron muchas), quiso seguir adelante.
Llegó el día. Los nervios casi podían con ellos, "¿y si no funciona? ¿y si la gente que viene normalmente a los conciertos no entiende qué hace una persona moviendo las manos desde el escenario? ¿y si no somos capaces de hacer llegar todos los sentimientos de la música a los sordos?... " y mil preguntas más. A las diez de la noche se subieron al escenario de un Libertad 8 repleto de familiares, amigos, fans y algún que otro sordo. El concierto fue retransmitido en directo a través de internet y pudieron seguirlo desde diferentes puntos geográficos más familiares, más amigos, más fans y muchos más sordos. Fue un concierto muy especial, muy emotivo y totalmente lleno de magia. Y fue mucho más que eso: fue el principio de un proyecto en común, de romper barreras, de una unión de capacidades que fue más allá del silencio, y fue, por encima de todo, la constatación de que la música no tiene fronteras ni barreras y que TODOS, absolutamente todos tenemos derecho a disfrutar de ella en igualdad de condiciones. Es posible, nosotros lo hicimos... ahora te toca a ti.
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